Después de todo el caos vuelvo a ver.
Creo que también algo ve dentro de mí, con ese instinto que algunos órganos tienen para ver desde muy adentro del pecho:
veo mis piernas que tantas veces me han traicionado, temblando por ti,
veo tu cabello en plena fuga, prisa del incendio, color de la locura,
veo tus pasos, sombras de 24 centímetros, cruzando la puerta,
entrando en la trinchera que creamos juntos,
pequeño espacio de secretos acumulados.
Ahora lo veo, fuimos como bestias, lenguaje de heridas que se lamen,
queriéndonos sin planificarlo.
Lo veo aun en mis sueños de presa que aprende a ser menos débil cada día,
no hay necesidad de perdonar cuando el rojo era sinónimo de felicidad.
Me tumbo en el pasto que ha dejado la tormenta, muchos esperan que seque, antes de recostarse en el
Pero hoy, es lo que tengo:
tu recuerdo y esta lluvia que nadie lamenta,
estas letras, este pasto, yo después de la tormenta.
